Oiga don ¿no tiene unas zapatillas?

 Educación, derecho o privilegio?

“Oiga don, ¿no tiene unas zapatillas? Porque hoy cumplo 18 años y me gustaría tener unas como las que usan todos los pibes. “


Mi papá atravesó la puerta con lágrimas en los ojos. Un chico que venía con un carrito juntando cartones lo había parado en la calle y le había preguntado si tenía unas zapatillas para darle. Era su cumpleaños numero 18 y lo único que quería era poder tener un par de zapatillas, un par de zapatillas como las que usan todos, un par de zapatillas que lo hiciera sentir aunque sea por unos segundos que pertenecía a algo, que lo hiciera sentir que era igual al resto.

¿Cómo fue que llegamos a este punto como sociedad? ¿Cómo llegamos al punto en el que el mayor anhelo de un joven sea poder tener algo que debería ser tan básico como unas zapatillas?

Al día de hoy en nuestro país 6 de cada 10 chicos son pobres, 6 de cada 10 olvidaron lo que es soñar porque cuando no se tiene ni siquiera un plato de comida en lo ultimo que se puede pensar es en los sueños, hoy el sueño de 6 de cada 10 chicos es poder tener un par de zapatillas.

Tal vez la pregunta realmente importante no sea cómo llegamos a esto sino cómo vamos a salir. No se si hay una respuesta, ni siquiera sé si hay realmente una salida, pero es indudable que si esa salida existe viene de la mano de la educación, la educación es la única forma con la que podremos acortar esa distancia entre los jóvenes y un plato de comida, entre los jóvenes y sus sueños.

Pero, si la solución a este problema es la educación y vivimos en un país donde la educación es gratuita ¿Cómo es posible que eso no sea suficiente? ¿Cómo es posible que solo el 40% de los chicos terminen la secundaria? ¿Cómo puede ser que tan solo el 30% de los universitarios se reciba? ¿Qué es lo que sucede con ese 70% restante? ¿Qué es lo que genera que tantos jóvenes terminen abandonando sus carreras?

Una de las principales razones es la deficiencia del sistema educativo, la mayoría de los jóvenes que terminan la secundaria presentan dificultades en cosas tan básicas como interpretar un texto. Éstos luego entran a la universidad a donde hay una evidente desconexión con la realidad que vive el país, donde se los trata como si todos hubieran tenido un excelente nivel educativo cuando sabemos que, a excepción de algunos privilegiados, en la mayoría de los casos no fue así. Allí una de las primeras frases con las que los jóvenes se familiarizan es “esto es tema de secundario, no lo voy a explicar” y así es como deben continuar, tratando de entender tema sin tener las bases necesarias para conseguirlo.

Otro de los problemas fundamentales es la igualdad de oportunidades, porque sí, la universidad es gratuita para todo el mundo pero ¿realmente cualquier persona puede tener acceso a ella? ¿tiene las mismas oportunidades alguien de clase media de capital

que alguien del interior del país? Evidentemente no, la realidad es que son solo unos pocos privilegiados quienes pueden movilizarse desde el interior hasta alguna ciudad para continuar con sus estudios. No es lo mismo para un joven del conurbano que vive con su familia ir a la facultad que lo que significaría para una persona proveniente de Chubut. Tan solo el alquiler de un departamento ronda los 30 mil pesos lo cual es un gasto que la mayoría de las familias no podrían afrontar. Mientras en muchos países de la región se les ofrece a los alumnos provenientes del interior alojamientos gratuitos para que puedan continuar sus estudios ¿Qué hace el nuestro para poder asegurar el derecho a la educación de todos los habitantes?

Otro de los inconvenientes principales es el hecho de que aunque la universidad es gratuita esto no implica que no haya gastos que afrontar y, en un país con mas del 50% de pobreza ¿realmente hay igualdad de oportunidades a la hora de acceder a la educación cuando por ejemplo un libro de medicina sale entre 5000 y 10000 pesos? ¿Cuando para estudiar abogacía hay que gastar alrededor de 4000 pesos en fotocopias por cuatrimestre? ¿Cuando los alumnos de arquitectura gastan fortuna en maquetas que luego terminan destruidas en manos de sus propios profesores? ¿Cuando en el CBC para ingresar a la FADU te exigen por semana que imprimas laminas de mas de 700 pesos? ¿Cuando una persona promedio gasta entre 100 y 200 pesos en transporte publico todos los días? Todo esto hace que me pregunte ¿Cómo puede ser que nuestro país no tenga, aunque sea servicio de fotocopias gratis para los alumnos? ¿Cómo puede ser que una de las universidades más importantes como es la UBA no cuente ni siquiera con boleto estudiantil?

Otra de las problemáticas a mi parecer es la dificultad para poder llevar adelante una carrera al tiempo que se mantiene un trabajo. En la mayoría de las facultades la oferta académica pareciera no tener en cuenta a las personas que trabajan ya que resulta imposible lograr acomodar las materias en un mismo rango horario. Suele suceder que una materia se dicta el teórico por la noche y el practico por la mañana, lo cual hace imposible poder acomodar los horarios de estudio con los laborales.

Todo esto antes de que llegara a nuestras vidas la pandemia, ahora las cosas están cada día peor. Hace mas de un año y medio que los estudiantes no pisan un aula, personalmente ni siquiera conozco la facultad, ingresé a la carrera en pandemia y ni siquiera pude visitarla. La situación en cuarentena empeoró mucho más, la discriminación y la desigualdad se profundizaron, si antes era difícil para una persona de clase baja acceder a la educación ahora es completamente imposible. ¿Cuántos niños, adolescentes y jóvenes tuvieron que abandonar sus estudios por falta de conexión? Pero la pregunta realmente importante es ¿Qué está haciendo el estado para poder resolver esta situación? ¿Qué se hizo durante todo este año y medio para poder garantizar el acceso a la educación?

Una de las cosas que más me asombra de esta época es la falta de empatía por parte de muchos docentes, todos los días escucho sobre profesores que bajan puntos por no prender la cámara, que ante la necesidad de los alumnos de grabar las clases ya que no pueden conectarse deciden negarse, que hacen uso de un régimen de asistencia a

pesar de ser conscientes de las dificultades que conlleva poder participar de las clases en línea, profesores que decidieron dejar de dar clases y solo suben PDFs abandonando completamente a los alumnos. Ya de por si seguir las clases en línea es un hecho agotador, tanto mental como psicológicamente, y si encima le sumamos todas estas situaciones y la desprotección por parte del gobierno, ¿Cómo pretendemos que los pocos estudiantes que pueden acceder al privilegio de la educación no terminen abandonando?



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