¿Barbie o no Barbie? Esa es la cuestión

 


Ejercicio de la página 31 del cuadernillo de argumentación, a partir de las frases sobre la distancia. 

¿Barbie o no Barbie? Esa es la cuestión

Solemos horrorizarnos al pensar en las generaciones pasadas, en su racismo, machismo, xenofobia, homofobia, etc. Nos vanagloriamos de lo deconstruida y avanzada que es nuestra generación, pero ¿es realmente así? ¿De verdad cambiamos o solo nos gusta fingir que sí?

Nos escandalizamos pensando en la época de los esclavos pero, según estudios realizados por la Organización Internacional del Trabajo, alrededor de 21 millones de personas son victimas de trabajo forzoso. 

Nos da asco pensar en la intolerancia a la diversidad sexual que existía en otras épocas pero es necesario recordar que en pleno siglo XXI las relaciones homosexuales son ilegales en uno de cada tres países e incluso en algunos de ellos están penadas con la muerte. 

Podría dar muchos ejemplos más pero creo que es necesario avanzar y llegar al tópico principal por el que estoy escribiendo esto. Un tema que esta bastante de “moda” hoy en día, un tema por el cual todos levantamos nuestra bandera y nos creemos los más deconstruidos de todos, pero de nuevo cabe preguntarnos ¿es realmente así?¿ alguien le cree al nuevo Tinelli deconstruido? ¿y, de alguna forma, él no representa al común de la sociedad? Evidentemente el tema que quiero tocar es la igualdad de género pero desde un punto de vista un poco menos común; quiero hablar de la igualdad en términos de educación porque como diría Carlos Ruiz Zafón “El nivel de barbarie de una sociedad se mide por la distancia que intenta poner entre las mujeres y los libros.” 

Antes de continuar quiero aclarar que con todo esto no digo que nuestra sociedad no haya avanzado, solo propongo que nos preguntemos si realmente evolucionamos tanto como pensamos o si en realidad no lo hicimos y solo cambiamos un tipo de discriminación extremadamente evidente por otra un poco menos visible e indirecta. 

Para el análisis de esta problemática quiero dejar de lado países extremedamente machistas y centrarme en regiones como la nuestra en donde no solo avanzamos en cuestiones de igualdad sino que contamos con educación pública. Sabiendo esto debemos cuestionarnos si estos dos factores son suficientes para hablar de igualdad de género en términos de educación. 

Según la UNESCO menos del 30% de las investigadoras del mundo en áreas como ciencias, matemáticas e ingeniería son mujeres y, aunque la respuesta tal vez sea bastante obvia, debemos preguntarnos por qué sucede esto ¿Por qué hay “carreras para mujeres” y otras que no lo son? Evidentemente podríamos llegar a la conclusión de que los roles tradicionales de genero tienen gran influencia. Desde que somos pequeños se nos imponen, directa o indirectamente, estereotipos que vamos reafirmando a medida que crecemos. Según un estudio realizado por la revista Science a partir de los 4 años las niñas empiezan a sentirse excluidas del universo de las ciencias, considerándolas muy difíciles para ellas y viéndolas como actividades pertenecientes al mundo de los niños. Una de las razones por la que esto puede suceder es la falta de visibilidad que decide dársele históricamente a las mujeres científicas. La educación que nos brindan desde que somos pequeños está repleta de referentes masculinos con los que los niños puedan identificarse. Pero entonces, habiendo tantas mujeres importantes, tales como Ada Byron Lovelace (precursora del primer lenguaje de programación), Hedy Lamarr (inventora del WiFi), Vera Rubin (quien descubrió la materia oscura), Lise Meitner (quien formo parte del grupo que descubrió la fisión nuclear pero fue excluida del premio Nobel al que si accedieron sus compañeros), Stephanie Kwolek (inventora de un material con el que se fabrican los aviones, submarinos, chalecos antibalas, etc), ¿Por qué no se les da la misma visibilidad que a sus colegas masculinos? ¿Por qué en las escuelas no se les enseña a los niños sobre todas estas mujeres importantes para que así cada niña pueda conocer otras alternativas? Decimos que no queremos seguir sosteniendo los estereotipos que limitan las libertades ¿pero qué hacemos realmente para cambiar esta realidad? 

Los roles tradicionales de genero no solo restringen las opciones que tienen las mujeres a la hora de elegir su carrera sino que también las limitan una vez tomada esa decisión. Un estudio sociológico llamado “Somos equipo” refleja un hecho tan crudo como real, alrededor del 58% de las mujeres profesionales abandonan su carrera cuando son madres, frente al 6% de los hombres. Algo similar sucede a la hora de terminar sus estudios, la mayoría terminan abandonándolos luego de quedar embarazadas. Pero ¿Por qué sucede esto? Una de las razones es, como venimos mencionando, los roles de genero preestablecidos que estipulan que las mujeres deben ser las que cumplan el rol de madres y abandonen sus carreras y estudios mientras los hombres continúan desarrollándose profesionalmente. Pero también existen otros factores influyentes, uno de ellos es, por lo menos en nuestro país, la falta de intervención estatal. No hay leyes ni regulaciones que ayuden a las mujeres con hijos a continuar con sus estudios, entonces, si al estado no le importa esta situación, ¿no esta de alguna forma siendo participe y fomentando la desigualdad en materia de educación? ¿no debería tal vez tomar cartas en el asunto, implementando guarderías publicas en los centros educativos y espacios laborales, brindándoles facilidades a la hora de mantener la regularidad en las facultades, etc? ¿Podemos realmente hablar de igualdad de genero en materia de educación cuando el tema ni siquiera está en agenda?




 

Fuentes:

https://science.sciencemag.org/content/355/6323/389

https://clubdemalasmadres.com/app/uploads_old/SOMOSEQUIPO-informe-2017.pdf

 

 


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