24 de marzo. Un hecho. Tres miradas.

Se suponía que debía entrevistar a una persona, y lo hice, pero luego empezó a interesarme el tema. Comencé a buscar mas información, hablé con mas gente y cada vez me sorprendían más las distintas miradas sobre un mismo hecho, cómo la perspectiva cambiaba dependiendo principalmente de la generación a la que pertenecía cada una. Me asombró como las realidades de dos personas con menos de 10 años de diferencia de edad podían ser tan distintas. Así que quise plasmar eso. Escribí tres relatos, tres puntos de vista sobre el 24 de marzo. El primero contado por alguien cuya adolescencia fue robada por la dictadura. El segundo relatado por una persona que vivió su juventud en la “Primavera Alfonsinista”. El tercero por alguien que nació y vivió en democracia y para quien la dictadura es un hecho histórico muy lejano.


Primer relato

Alberto tiene 57 años, en 1976 cuando la dictadura comenzó él tenía tan solo 12 pero sus recuerdos de lo que fue vivir esta época empiezan unos años antes, en 1970, con el secuestro y asesinato de Aramburu. Vivió toda su adolescencia en plena dictadura y recién a sus 20 años supo lo que era votar, lo que era poder salir a la calle sin miedo, lo que era poder expresar sus opiniones libremente. Supo lo que era la democracia.


¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando pensás en lo que representa el 24 de marzo?

La falta de libertad, el autoritarismo, la represión, el miedo, la falta de humanidad y el absurdo de tener que obedecer ordenes simplemente por una cuestión jerárquica


¿Solés movilizarte para esta fecha?

Antes si, ahora ya no, desde que los organismos de derechos humanos empezaron a ser funcionales al poder de turno deje de movilizarme.


¿Cuáles fueron las cosas que más te marcaron de esa época?

Lo primero que pienso es en como me cambio la juventud, como deje de poder juntarme en una esquina con mis amigos porque la policía nos agarraba y nos llevaba detenidos, que en mi casa se dijera que de política no se hablaba afuera, las discusiones familiares entre simpatizantes de montoneros como era mi tía y mi papa que era defensor de los militares. Me trajo a la memoria una gran discusión que habían tenido cuando los montoneros secuestraron y mataron a Aramburu. La pelea se dio en la casa de mi abuela, mi tía era estudiante en La Plata y tenía una amiga militante montonera que era la hermana de Octavio Getino, interventor del Ente de Calificación Cinematográfica en el gobierno de Cámpora. Esta amiga le había dado a mi tía para que guardara unas cajas y un día, cuando mi tío las abrió, encontró documentos, pasaportes, revistas de El Descamisado, etc. En la discusión mi padre le decía a mi tía que por culpa de ella, por tener todo eso, nos iban a matar a todos. En ese momento yo era chico y me acuerdo de volver en el viaje desde la casa de mi abuela llorando por el miedo que me daba.

Con el golpe del 76 ese miedo me volvió con todo. 

Otra cosa que me marco mucho fue la historia de mi primo Bichi, la familia quedo divida, los que estaban a favor de los militares y los que estaban en contra. Bichi era un militante montonero que trabajaba como científico en la comisión nacional de energía atómica. Los militares lo fueron a buscar a su casa, al no encontrar a nadie dieron vuelta y rompieron todo. De ahí se fueron directo a la casa de los padres, donde tampoco había nadie y repitieron la operación. Después de esto Bichi tuvo que exiliarse en Italia donde vive hasta el día de hoy. Mis tíos, los papas de Bichi, tuvieron que vivir varios meses escondidos en la casa de otros familiares. Eso me marco mucho porque me llevo nuevamente a sentir el miedo que había sentido esa vez en casa de mi abuela con la discusión entre mi padre y mi tía.

Me acuerdo también de como fueron mis años de secundaria, principalmente del autoritarismo de los docentes, ya no había ningún derecho a protestar por nada. Incluso en mi escuela había un interventor militar. Antes de entrar te pasaban un papel por la barba y si hacia ruido no te dejaban entrar, lo mismo con el pelo, no podía tocar el saco.

Mas adelante cuando llegué a la colimba me di cuenta que había vivido cinco años de colimba previos en toda mi secundaria porque el régimen era exactamente el mismo. También me atravesó la guerra de Malvinas a la cual me anote de voluntario. Por suerte no fui pero si tengo amigos que han estado en Puerto Argentino y que al día de hoy evidencian terribles traumas de lo que pasaron, desde violencia, miedo a estruendos, intentos de suicidio y que nunca recibieron apoyo ni contención por parte del estado. En ese momento me anote porque estaba cooptado por el aparato publicitario de los milicos que me tuvieron encerrado en el subsuelo del edificio guardacosta el 30 de marzo del 82 para reprimir al mas grande paro y movilización contra la dictadura para luego invitarme a mi y a todos a ir a la plaza a avivarlos a ellos para que hagan la guerra el 2 de abril. Se vivía un poco en esa contradicción, un día te mandaban a reprimir a los manifestantes y al otro vos tenías que salir a manifestarte a su favor. También recuerdo como cambio la disposición de la gente ante el uniforme de marinero. Durante Malvinas te veían en la calle y te alentaban y después de perdida la guerra te puteaban y te echaban la culpa como si nosotros hubiéramos tenido algo que ver.

Por todo esto festeje sobre manera la primavera democrática que se inició en diciembre del 83. 


¿Pensás que lo que paso en su momento podría volver a repetirse?

Absolutamente, principalmente porque los políticos, la educación y todos los aparatos del sistema han hecho lo suficiente como para que se olvide lo que sucedió, las causas reales de la dictadura, que vinieron a imponer un plan económico y la utilización incluso de los desaparecidos partidariamente terminan denostando lo que fue una verdadera, autentica y valiente resistencia a la dictadura. 


¿Creés que este tema está lo suficientemente vigente hoy en día? Si no es así ¿por qué crees que es?

Yo que trabajo en barrios populares la juventud no tiene la menor idea de que fue la dictadura, es más, confunden los gobiernos de Perón, piensan que Eva fue la vicepresidente y aunque viven constantemente el abuso policial en carne propia muchos de ellos eligen como salida laboral la policía o el ejército. 


Segundo relato

Maca tiene 50 años, en 1976 cuando empezó el golpe de estado ella tenía tan solo seis años y trece en la época en la que termino, vivió su adolescencia en plena vuelta a la democracia y recién veinte años después fue cuando la vida la llevo a involucrarse mas de cerca con el pedido de justicia por parte de las madres de plaza de mayo. Ante la pregunta de que es lo que viene a su mente cuando piensa en el 24 de marzo lo primero que contesta sin dudar es “en las madres, mis adoradas madres”, esas mujeres fuertes que a pesar del riesgo que implicaba nunca dejaron de pelear por sus hijos, mujeres admiradas por todo el mundo, mujeres que no tranzaban con ningún gobierno, mujeres que no dejaron que nada ni nadie las callara. Ellas fueron grandes referentes para Maca, no solo como mujeres si no como madres, como ciudadanas. Maca las conoció a partir de una amiga suya que era periodista, que había sido detenida por ser montonera y tenia varios amigos que habían desaparecido. Con esta amiga empezaron a involucrarse en el movimiento de las madres de plaza de mayo. En ese momento las madres ya se habían dividido y la rama con la que ella estaba era la de la línea fundadora. Las madres necesitaban algo que las diferenciara de la otra línea porque ellas tenían otra mirada sobre sus hijos. Querían que sus hijos fueran recordados como habían sido cuando estaban vivos porque era así como ellas los recordaban. Así que Maca y su amiga decidieron ponerse como tarea cumplir esto que querían las madres. Hicieron las pancartas a color en vez de en blanco y negro y fueron recolectando cosas personales de las personas desaparecidas para incluir en las pancartas, poemas escritos por ellos, boletines, cartas de amor, etc. Maca desde su lugar trato de aportar lo máximo posible y como estudiante en la escuela de mimo y en la escuela de títeres de Avellaneda decidió organizar con sus compañeros una performance para las madres el 24 de marzo de 1996. Una de las personas que marco su vida fue Carmen Lapacó, aun hoy atesora un libro que ella le dedico y de vez en cuando lo abre, lee la dedicatoria y recuerda a esta mujer fuerte de la cual aprendió la resiliencia, el no abandonar la lucha y siempre tener una sonrisa, porque Carmen realmente era una mujer que vivía con una sonrisa.

Maca ya no milita con las madres, esta bastante dolida por como estas mujeres tan valiosas, tan admiradas por todo el mundo, que en su época lucharon y consiguieron tanto hoy fueron compradas políticamente.


Tercer relato

Luca tiene 20 años, nació y creció en democracia, su único contacto con la dictadura son los relatos de lo que sucedió mucho tiempo antes de que el naciera.


¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando pensás en lo que representa el 24 de marzo?

Representa todo lo que deberíamos tratar de olvidar como sociedad. El momento más oscuro de la sociedad y cultura argentina. Es importante la reafirmación de los errores cometidos y el constante pedido de justicia a un sistema que hasta el día de hoy hace oídos sordos. 


¿Solés movilizarte para esta fecha?

No físicamente.


En líneas generales ¿qué sabes sobre cómo se vivió esa época?

Una agrupación militar violentamente tomó el mando del gobierno nacional imponiendo una dictadura, con las nuevas características de ser “ilimitado” y con una cero tolerancia a miradas radicales. Se vivía bajo una constante y absurda prohibición a películas, libros, canciones, juntadas, pelo largo, vestimenta y hasta pensamientos, bajo la ridícula consigna de un falso nacionalismo. Si no “matcheabas” con el prototipo de las ideas militares eras catalogado de subversivo seguido de sistemáticas persecuciones, torturas y hasta la muerte.


¿Pensás que lo que paso en su momento podría volver a repetirse?

No realmente. Considero que hoy en día las amenazas de la vuelta a la dictadura son un barato insulto totalmente amarillista hecho por opositores de ideas para generar nada más que miedo hacia cierto partido político, sin importar de qué lado sea aplicado. 

Vale aclarar que siguen sucediendo situaciones de perdida de derechos humanos y deben ser juzgados como tales, pero el ambiente sociopolítico que se vivía en la Argentina de esa época fue único y me gustaría creer, capaz ingenuamente, que hemos evolucionado lo suficiente como sociedad para no permitir dicha atrocidad dos veces.


¿Creés que este tema está lo suficientemente vigente hoy en día? Si no es así ¿por qué crees que es? 

Si, lo está. El hecho de las dictaduras durante la guerra fría no fue una salvedad de la Argentina, muchos países latinoamericanos sufrieron de lo mismo. Sin embargo, en nuestro país es un tema que hasta el día de hoy sigue teniendo importancia social y política. 

El nacimiento de agrupaciones como las abuelas/madres de plaza de mayo, siendo de las agrupaciones políticas más icónicas e influénciales de nuestro país. 

El juicio a las juntas y la realización de la CONADEP, como recuerdo de justicia.

Fechas como el 24 de marzo, 2 de abril y el 20 de noviembre, para siempre recordar que NUNCA MAS.






Comentarios

  1. Muy original la idea de comparar diferentes relatos. Fan total de este blog.

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  2. me gusta que hayas incluido la idea de mezclar tres perspectivas de tres épocas muy diferentes, creo que eso completa muchísimo el relato del día en general y también nos deja sacar nuestras propias conclusiones sobre las generalizaciones etapistas de argentina!

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  3. Wow, encontraste a muy buenas fuentes que contrastan en mucho las diferentes perspectivas que quisiste tomar. Porque no hay una sola verdad, cada uno vivió desde su punto de vista y desde sus vivencias, diferentes sucesos. Me encantó.

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