Nightmares

Consigna: anotar pesadillas que hayan tenido, les hayan contado. Con el mayor detalle posible. 

A partir de una de las pesadillas, escribir un cuento fantástico, extraño o de terror, tomar el sueño como núcleo del cuento o como punto de partida.


LOS DIENTES

Me encuentro parada frente al espejo, a excepción de una tenue luz blanca que ilumina mi rostro todo se haya completamente oscuro. Tanteo entre la oscuridad hasta que una textura suave y plástica roza las yemas de mis dedos, tomo el cepillo entre mis manos. Extiendo nuevamente mi mano en busca del tubo de pasta dental, lo encuentro y lentamente giro la tapa hasta que un suave aroma mentolado impregna el aire. Lo aprieto delicadamente permitiendo que la pasta inunde las cerdas del cepillo. Abro la canilla, mojo las cerdas y acerco el cepillo hasta mi boca. El simple contacto de la pasta con mis dientes me parece insoportable. Me convenzo de que el agua debe estar muy fría, de que solo es sensibilidad dental. Pero no. Comienzo a frotar mis dientes de la forma mas suave que puedo pero el dolor es insoportable. Lo intento nuevamente pero esta vez no solo el cepillo se mueve, mis encías, mis dientes se mueven con él. Lo suelto inmediatamente, me acerco al espejo y abro mi boca. Toco mis paletas y noto como una a una comienzan a caerse. Intento detenerlo, pero es imposible. 

Un grito ahogado seguido de un apagón me despiertan. 

Solo era un sueño me digo, pero soy muy supersticiosa y se que un sueño donde se te caen los dientes no puede ser bueno. 

Estoy despierta me digo, pero tal vez la pesadilla no sea tan mala como la realidad que me espera.



EL TRIDENTE

Abro los ojos completamente en vano, la oscuridad exterior es casi tan profunda como la interior. Ese ruido, ese tenue chirrido que no me permite seguir durmiendo, debo detenerlo o al menos conocer su procedencia. Me levanto con dificultad, la cabeza me pesa mas que de costumbre, mis pies tocan la alfombra, suave y esponjosa como siempre. No veo nada pero mi cuerpo conoce el camino, conoce cada detalle, cada mueble, cada esquina, casa obstáculo que debo sortear. Llego finalmente a la puerta, mi mano entra en contacto con la textura metálica y fría del picaporte, es agradable, más en verano cuando el calor te derrite por dentro. Jamás lo había pensado pero es curioso, no importa cuantos grados haya el picaporte de mi cuarto siempre se encuentra a la misma temperatura, o tal vez no, tal vez ese sea mi recuerdo pero ¿como sabemos que nuestra mente no nos engaña?, no podemos fiarnos de ella. Abro la puerta, la oscuridad continua inundando el ambiente pero ahora no es tan profunda, no tanto como antes. Esta oscuridad es diferente, mas benévola, me concede el permiso de ver, de distinguir con dificultad la forma de los objetos. Me encuentro frente a un largo pasillo, a mi costado derecho una pared completamente blanca y a mi izquierda solo vidrio, grandes ventanales de vidrio, vidrios de colores, azul, ámbar, verde y rosado. Mis pies pasan de la suave alfombra al frio piso de granito negro del pasillo. El chirrido suena cada vez más fuerte como si se acercara lentamente. Parece provenir del otro lado del pasillo pero no logro distinguir nada. Quiero avanzar pero algo me detiene, no logro moverme asi que solo queda esperar, esperar lo inevitable. Mi vista se fija en el fondo del pasillo, está tan lejos, tan oscuro que no logro distinguir nada pero sé que proviene de allí, allí se encuentra el chirrido. Al cabo de unos segundos una figura aparece por entre la oscuridad, se acerca lentamente al tiempo que mi corazón se acelera. “No lo resistiré, en cualquier momento explotará”, me digo, pero no sucede. La figura avanza hasta volverse visible, botas marrones inundadas de barro, un jardinero roto y un tridente, un tridente que arrastra por el piso. “Es un granjero”, me digo, “un granjero zombie”. Quiero correr, salir de allí lo antes posible, pero no puedo, mis pies no responden, lo intento, lo intento con todas mis fuerzas pero es como si una fuerza invisible me mantuviera pegada al piso. Es mi fin, sé que lo es y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.



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